El doctor Spock en el Adriático

El Doctor Spock ha vuelto. Y ha declarado (perpetrado) una sentencia de las que le gustan a los de su estirpe:
"Sólo habrá Estado Español si queremos las naciones que lo formamos"
Confieso que con un nacionalismo de tipo racista, xenófobo y etnicista como el del PNV, la duda que me surge es realitiva a saber cuál es la mejor forma de combatirlo. ¿Por qué? Principalmente todavía no me puedo creer que un partido con los orígenes, la historia y las ideas del PNV exista en un país supuestamente democrático. Pero esto es España (digamos), y aquí esto se ve como algo normal. Pero la cosa no se queda en este dramático punto. Hay una parte no pequeña de la izquierda mediática y supuestamente intelectual fetén, de la bendecida por Cebrián, que cree que los nacionalistas vascos (cuando no la ETA, directamente) son unos luchadores por la libertad de su pueblo. A esa parte de la izquierda y a los nacionalistas les une sin duda alguna su desprecio por la libertad de las personas y el desprecio por las víctimas del terrorismo. Hasta la llegada de Zapatero todo esto no estaba tan claro, pero ahora es evidente para cualquier no mutilado cerebral. Recuerdo que me estoy limitando a la visión ideológica del tema. Hasta ahora. Pero es todavía más diabólico. Los que luchan por la libertad de las personas y por su igualdad ante la ley, son tildados de fascistas, de opresores. Esto ha ido calando a lo largo de los últimos 30 años y da la impresión de que estamos llegando a un punto decisivo. La iniquidad ideólogica (me limito a esto de momento) se ha extendido aún más. El ejemplo claro es Cataluña (Galicia es lo próximo). Coincido plenamente con Iñaki Ezquerra cuando afirma que hay una izquierda y una derecha marxista (por lo de poner en el centro la "superestructura" económica: lo que les importa es la pela) que no luchan ideológicamente contra el nacionalismo porque establecen que la ideología es secundaria. Es un error gravísimo que lo vamos a pagar muy caro. Como dice Arcadi Espada un una interesante entrevista para Libertad Digital: "España llevará como baldón -si es que importaran las cosas, que no importan- el hecho de no haber sido capaz de gritar todavía en las calles "asesinos" a los asesinos, y sí haber gritado en cambio "asesino" al presidente del gobierno que en aquel momento dirigí el país".
La clave es ese "si las cosas importaran, que no importan". Eso es España. A ese grado de miseria ideológica y moral se está llegando. Lo han conseguido. La ideología nacionalista milenarista, racista, exclusivista, liberticida ha utilizado todos los medios a su alcance para lograr sus fines: la educación, la manipulación histórica, la mentira... Y todo ante la pasividad de gran parte de la izquierda (cuando no de su complicidad) y de la derecha. Lo raro no es que exista una ideología tan delirante, lo totalmente increíble es que sea mayoritaria en muchos puntos de España. Eso, digo yo, sólo es posible en España. Porque el PNV, Carod o Maragall son España: la España más negra.
Volviendo a la frase del genio de Ajuria Enea: las naciones no tienen derechos, los pueblos no tienen derechos; sólo las personas los tienen. La limpieza étnica que propugnan (casi nunca explícitamente) sería motivo de detenciones en cualquier otro país y, como poco, ese tipo de partidos están condenados a la marginalidad. En la iletrada España, nada importa.
Por motivos de trabajo, estuve hace un par de años en Croacia: uno de los países con los políticos más nacionalistas y corruptos que existen. Me contaban cómo, mientras Franco Tudjman y Slobodan Milosevic, se reunían en secreto para repartirse Bosnia, la gente se mataba. Una compañera de trabajo me contaba cómo tuvo que sacar a su hijo del país para que no lo llevaran a luchar en una guerra que nadie de la calle quería. Como debían ir de incógnito a Eslovenia a ver a Goran Bregovic sin que nadie se enterara porque estaba prohíbido en Croacia. Todo a base de manipulación y odio. Los países de los balcanes se consumen en la miseria moral nacionalista, la ideología totalitaria y la bancarrota económica. Eso cuando, culturalmente, son países mucho más ricos que el País Vasco o el desierto cultural nacioanlista catalán actual. ¿Cómo ser optimista? ¿Cómo luchar contra ellos? Es el momento de las ideas. Los que como yo no damos crédito al arraigo del odio y de la burricie en España, les digo que ha llegado el momento de descender a las alcantarillas intelectuales de los nacionalistas y de la izquierda y la derecha liberticida y luchar contra la mentira y la manipulación interesada, contra su repugnante ideología totalitaria. Porque no hay más fascistas que Ibarreche, Maragall o Cebrián. Cuando digo nacionalistas, digo también Zapatero. Me digo y me repito: ¿Que hemos hecho para tener un presidente como este personaje que parece un patético progre de postal de una edad mental de 14 años? Sin engañarme, no tan ingenuo como para tragarme ese rollo: es un sectario manipulador, mentiroso, sin el más mínimo escrúpulo para hacer lo que sea para conservarse en el poder. Pero sales a la calle y ves la respuesta a esa pregunta.
Lo pagaremos todos.