Diario de lecturas
España, que en 1794 tuvo que ceder a Francia la isla de Santo Domingo para recuperar las Provincias Vascongadas, invadidas por los galos, que entregó a unos españoles como esclavos para liberar a los vascos de la opresión, va camino de tropezar en la misma piedra.
[...] Los vascos, siglos antes, con lágrimas en los ojos, habían hecho jurar solemnemente a Enrique IV de Castilla que Álava, Vizcaya y Guipúzcoa no serían desprendidas nunca del "territorio nacional", cuando el monarca negociaba con Luis XI el matrimonio de su hija Juana la Beltraneja con Carlos Valois, duque de Guyena.
José Díaz Herrera, Los mitos del nacionalismo vasco, 2005, Capítulo I, El suicidio de España
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