El Lector de la Princesa
Al lado de mi trabajo, en la calle de la Princesa de Madrid, en el portal de una sucursal de Viajes Halcón, duerme todas las noches un indigente. Oculta su cara bajo una barba tupida y se toca con una gorra de obrero industrial de principios de siglo. Es enjuto y tiene unas manos muy huesudas. Hacia las ocho de la tarde, cuando cierran la oficina los empleados de Viajes Halcón, él aparece con un carrito de supermercado, lleno de los magros pertrechos para preparar su cobijo nocturno. Nunca lo he visto pedir dinero ni mirar a la gente que camina por la acera. Hacia las ocho, como decía, se sienta en la pequeña escalinata que da paso a la agencia de viajes y se pone a leer un libro. Se le ve leer muy concentrado, sin levantar la vista de las páginas del libro. Si no cada día, cada dos o tres días, el libro es distinto: parecen libros prestados de una biblioteca, no son nuevos pero están cuidados. Probablemente acabará por estropearse la vista ya que la luz es muy escasa.
¿Cómo habrá acabado durmiendo en la calle? ¿Por qué lee? ¿Porque le sobra tiempo? ¿A qué se dedicaba antes de acabar durmiendo en la calle?
Hacia las diez de la noche, se envuelve en cartones y en sus mantas raídas y se pone a dormir. Invariablemente. La rutina, también en la vida en la calle. Es impresionante su aire de concentrada resignación. Lee como si ése fuera su trabajo.
A partir de hoy, voy a publicar en este blog, el título de los libros que lee El Lector de la Princesa. Siempre que lo vea.
El libro que estaba leyendo hoy era "Los Cachorros" de Mario Vargas Llosa.
4 Comments:
Aprovechando el título del post podríamos imaginar que fue el pedagogo de alguna princesa de un reino (que no tiene por qué ser lejano). Cada noche le leía al pie de la cama.
Si hubiera sido infanta en lugar de princesa todo tendría sentido. Al ver como todo su trabajo caía en saco roto se habría echado a la calle.
Un Diógenes del siglo XXI.
Lee para saber que no está muerto...
Lee para ejercitarse... como Don Quijote (Umbral dixit)
Lee para viajar...
En realidad a través de los libros uno viaja más y mejor.
No sólo en el espacio, que en el tiempo también...
Prueba a entrar en Halcón viajes y pedirles un billete para Macondo, o para El Perú de "Un mundo para Julius" o para el Madrid de Misericordia (en donde, por cierto, el hombre no habría de desentonar), y veréis que os dicen.
En todo caso tendrán findes en Londres o tournes por la Riivera maya. Buah
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