"El País" hace que tenga ganas de fumar crack

El gran Beck debutó discográficamente (su primer single) con una canción que se llamaba "MTV makes me want to smoke crack". Posteriormente dijo, tras su salto a la fama con "Loser" en 1993, que no podía creerse que la propia MTV emitiera sus videoclips y le hiciera entrevistas. A mí desde luego "El País" no me va a hacer ninguna entrevista ni he grabado ninún videoclip casero para que lo emita Gabilondo en su minoritario noticiario. Lo que sí siento ganas es de fumar crack cada vez que leo cualquier editorial del Diario Independiente de la Mañana. Desde aquí invito a todo el mundo a leerlo. Es como una especie de monumento a la prensa leninista de los tiempos de la URSS. Todavía quedan gloriosos ejemplos: el Granma, Le Monde, El Periódico de Cataluña, La Vanguardia, ... Pero, ¡ah, El País!. Últimamente, y "sin ánimo de ser exhaustivos" (más que nada para no tener que buscar los enlaces), he podido leer: una editorial en contra de la división de poderes, otra editorial en contra de la libertad de expresión, un artículo de un supuesto historiador (Santos Juliá) comparando a Acebes con Blas Piñar, a favor de la salida de la cárcel de Henri Parot, linchar sin ningún miramiento al presidente de la AVT, dar pie a las mentiras de Amedo para recaudar más dinero, artículos periódicos de asesinos múltiples (Carrillo), optar por el nacionalismo totalitario , intentar camuflar la repugnante actitud de Zapatero ante ETA manipulando una "supuesta" negociación de Aznar con los terroristas,... Y un largo etcétera.
Cuando estuve en Cuba leía con devoción el Granma, único periódico permitido en la cárcel caribeña, porque creía estar ante una de las últimas oportunidades de leer periódicos leninistas. Allí se publicaban portadas como por ejemplo: "Nuestro Comandante responde al senador imperialista Johnson". Bastante similiar a las bochornosas contraprogramaciones de El País a los artículos de otros periódicos. Pero, ¡cuán errado andaba! Aquí mismo, en Madrid, tiene la sede un periódico totalitario, y además, es el más vendido. Que sea el más vendido puede ser un claro indicio de por qué gobierna quien gobierna. Lo que querrían ellos es que también fuera el único periódico permitido en la península, pero eso, de momento no lo han conseguido. Están en ello.
Se dice que Polanco o Cebrián han cambiado mucho y han pasado de ser falangistas a ser izquierdistas de pro. Yo no creo que hayan cambiado nada: son los mismos totalitarios de toda la vida, de los que creen en la propaganda para la consecución del poder. Quizás fue Willi Münzenberg el primero que se dio cuenta de que utilizando la propaganda, manipulando los sentimientos y el odio, se podía conseguir mucho poder y mucho dinero. Valga también esto para los nacionalistas identitarios que tenemos que soportar en este desgraciado país. Y es que es un espectáculo protentoso ver a millonarios hacerse pasar por descamisados, defendiendo un retroprogresismo que no resiste el más mínimo análisis. En concreto Forbes lo sitúa en el cuarto lugar entre los españoles y el 258 del mundo. No está mal, ¿no?. La "hoz y el Martini", la "hoz y el Maseratti", la famélica legión del caviar y los langostinos,...
Leer El País es una experiencia impagable: por ejemplo, comprobar cómo el titular de la noticia no tiene nada que ver con la información que contiene el artículo. Un amigo sostiene que es lo lógico: el artículo lo hace un periodista y el titular lo pone un comisario político. A mí me parece demasiado indulgente ese diagnóstico pero puede ser.
Y ahora se ha ido Arcadi Espada. Ahora sí que ya sólo quedan los buenos. O sea, Pradera, Juliá, Vicent, Manuel Rivas, Millás, Javier Marías, la inefable Maruja Torres, Estefanía.... Quizás tendrían que fichar a Pilar Rahola o a Joan Barril para completar el plantel. No, mejor: tienen que contratar como columnista estrella a Enric Sopena. Vaya pandilla.
En fin, lean El País. Es como leer El Jueves. Y lean también el análisis, preciso y bien escrito, que hace del periódico Carlos Semprún Maura. Conoce el paño y él no lo calienta para cantar las verdades del barquero.